El árbitro, por sus acciones dentro y fuera de la cancha, debe conocer, a través de una incuestionable honestidad, una demostrada habilidad, una devoción y un completo entendimiento del juego de jugadores, entrenadores, espectadores y periodistas, la confianza y el respeto que son los atributos más importantes para un arbitraje de calidad.
El arbitraje de Baloncesto es un juego de nervios. Para ser un árbitro próspero tienes que eliminar los nervios completamente de tu arbitraje. Igualmente el árbitro, quien con su presencia y conducta en la cancha tiene el efecto de conducir a los jugadores a evitar las infracciones. El arbitraje del futuro demanda que los árbitros eliminen los nervios del juego.
Una vez visto esto, nos encontramos con que, dentro de la comunicación arbitral, existen dos tipos: Personal o interna y Colectiva o social.
1. Personal o interna
Es aquella comunicación que busca el árbitro como ser mismo. En todo momento debemos intentar tener una adecuada comunicación arbitral con el fin de que no nos dificulten nuestro trabajo, ya que la presión del ambiente es muy fuerte y ello puede hacer que nos desequilibremos. Una falta de formación personal puede acarrear problemas de comunicación. La reacción normal del árbitro, como ser humano que es, es la del impulso, la de contestar inadecuadamente, la de no comunicar bien ante situaciones complicadas por no tener un autocontrol personal sobre el juego, (en este sentido influye mucho el grado de maduración como persona).
Para trabajar la comunicación personal o interna, utilizaremos la psicología (estrategias para la resolución de problemas), y algo que también nos puede ayudar mucho, es el trabajo personal en el Comité. Se necesitan árbitros con credibilidad, no que sean figurines del arbitraje.
Debemos realizar un constante autoanálisis y una autocrítica de nuestro trabajo, partido tras partido. Esto es lo que yo denomino el tercer tiempo de un partido. Después de finalizar el mismo, el árbitro debe realizar comentarios críticos y de todo tipo hacia la labor realizada, con el compañero, oficiales de mesa, amigos, etc. Sólo de esta manera podremos progresar en nuestra comunicación personal o interna.
Y RECUERDA: El árbitro nunca debe ir más allá de lo que representa su figura. Ejemplo: dar palmaditas a los jugadores; Estos son pequeños detalles que hacen que no se comunique adecuadamente.
2. Comunicación colectiva o social
Se realiza con los elementos que intervienen en el juego y con este en sí mismo. Lo primero que hay que tener en cuenta, es que debemos saber de la situación en la que estamos, para poder adaptarnos a ella. Tipo de competición, que factores influyen en ella, etc. Para no alterarse, no hacer comentarios inadecuados o improcedentes y poder guardar la calma. A continuación veremos algunas de las estrategias que hacen mejorar nuestra comunicación con entrenadores, árbitros, jugadores, público, etc.
Comunicación con el balón muerto.
Antes de un partido en el cual tenemos que volver a pitar a alguien con quien has tenido problemas la última vez que le has arbitrado, debes comportarte más comprensivo que nunca. Actuar con él como harías normalmente si no hubiese sucedido nada. No evites la conversación con él si en una situación normal la hubieses realizado sin ningún problema. La comunicación con un entrenador no debe cambiar con respecto a la última vez que le has arbitrado.
En esta línea de estrategias, cuando en el partido un entrenador proteste, traspasando la línea de banquillo, cuando hayamos señalado una falta, actuar de la siguiente forma: Cuando vayamos a señalar, nos pararemos lejos de él, con el fin de evitar la comunicación y de establecer el diálogo, indicándole que ocupe su posición, (si no lo hace, señalaremos falta técnica). Una vez ocupada su posición, señalaremos más lejos que nunca y nos iremos. Importante: Yo doy la última palabra, no él.
De la misma forma, cuando un jugador venga detrás de nosotros realizando comentarios mientras nos dirigimos a señalar, actuaremos como sigue: Nos detendremos frente a él, con los hombros y caderas enfrente suyo, y le diremos, "Espera por favor que voy a señalar"; Nos daremos la vuelta, señalamos a la mesa y cuando volvemos le decimos: "Luego hablamos"; nos vamos y seguimos el juego.
No olvidar que en determinadas situaciones, podemos utilizar las técnicas como recurso ante situaciones que no cabe otro camino. Lo que no haremos, será utilizar gestos: despectivos, de rabia, de abuso de poder, de enfado, etc. y sobre todo, no levantar el cuello.
Comunicación con el balón vivo
Ante un comentario, no daremos respuesta alguna. En todo caso y siempre sin dirigirle la mirada, diremos lo siguiente:
• "me está dando - bien, bien ..."
• "mira los bloqueos - vale, vale ..."
• "te oigo", "lo intentaré", "se terminó ..."
Y RECUERDA: Nunca le miraremos con actitud de mantener una conversación. Ese diálogo es entre tú y él y a nadie le interesa. No dejes que te coma la oreja.
Levantar la mano por parte de un jugador.
El hecho de que un jugador reconozca la falta que ha realizado no es necesario, pero sí puede ser un recurso. Ante una falta personal clara y que es protestada por el jugador, le haremos que levante la mano y si no lo hace le sancionaremos con falta técnica.
Ante una falta que ha sido dudosa y en la que nos podemos haber equivocado, no miraremos nunca a ese jugador, me voy y señalo a la mesa; si me sigue detrás, utilizo la técnica ya conocida.
Actuar cuando el compañero se equivoca.
Cuando el compañero se equivoca en una decisión, con ello está creando una tensión en jugadores, entrenadores, público, directivos, compañeros..., y yo, como compañero, voy a calmar el problema, pero no a animar constantemente al compañero, actuando como superprotector.
Cuando el árbitro joven se equivoca, el veterano le ayuda haciendo ver a entrenadores y jugadores, que ha sido una correcta decisión, con el fin de evitar problemas.
Cuando el compañero pita una técnica o toma una decisión que pueda ser considerada como decisiva, jamás en un tiempo muerto iré a hablar con él, puesto que de cara al público, da la sensación que se ha equivocado. No dramatizar ante las técnicas del compañero. Es una acción natural del juego.
Ayudas y doble pitido.
En un fuera de banda que es de mi responsabilidad y en la cual necesito ayuda, miro a mi compañero: cuando él señala la dirección, yo también lo hago; es decir, los dos a la vez.
En el doble pitido en una falta de uno contra uno, decide el árbitro de cabeza o aquél hacia el cual se dirige el juego. El otro corrobora la decisión del compañero (ataque-defensa).
Jugador que lanza los tiros libres.
Para que no nos cambien el jugador que tiene que lanzar los tiros libres, existen dos estrategias a seguir:
1. Pitar la falta y a continuación decir en voz alta: falta del jugador nº8 y pensar mentalmente: tira el nº7, por ejemplo.
2. Pitar la falta y cuando voy a señalar a la mesa y me cruzo con mi compañero, él me dice: tira el nº7, por ejemplo.
Faltas que suponen control de partido.
Ante jugadores muy tensos, con defensas muy agresivas y muy duras, frénales sancionándoles con una falta.
Ante juego duro de poste, seguir tres pasos:
1. Hablar con los jugadores.
2. Si el juego es duro, en un balón muerto llamamos a los jugadores y les haremos saber que "se acabó".
3. A la próxima, pítala inmediatamente.
Trato a los jugadores.
Sé honrado, ganarás respeto. Aprende a tratar con los jugadores en tu beneficio, no los enojes. Ten una actitud tranquila. Comportate como una persona, no como un policía. Aprende a escuchar, pero no demasiado.
Entrenadores y banquillo.
Consigue la atención de los entrenadores con tu mano abierta hacia ellos. Eso significa "te oigo, lo tendré en cuenta", ya es suficiente. No pares el juego para hablar.
No hables nunca con un entrenador en un tiempo muerto. Usa al capitán si quieres dar un mensaje. Al segundo entrenador, preparador físico, ayudantes, etc., no darles mucha confianza, más bien poca. Hazle saber al entrenador que no los tolerarás.
Sitúate lejos de la mesa y de las zonas de banquillo cuando el entrenador haya pedido un tiempo muerto o en momentos de confusión. Haz lo que puedas para evitar problemas, pero si es necesario, cuidate.
Otros aspectos a considerar:
3. Imagen.
¿Está tu uniforme acorde con la liga que se está disputando?
¿Lo mantienes limpio y en buen estado?
4. Condición Física.
¿Estás médicamente y físicamente preparado para aguantar el duro esfuerzo que se requiere para un partido de baloncesto?
¿Puedes aguantar todo el partido?
¿Estás satisfecho de tu imagen en la cancha?
5. Imagen y apariencia prepartido e instrucciones.
¿Tienes cuidado de ver que estás listo para cada partido?
¿Dominas tus funciones prepartido?
¿Miras si los capitanes y oficiales están bien uniformados?
6. Comportamiento.
¿Sabes y administras las reglas de juego sin dar la impresión de saber demasiado?
¿Eres cuidadoso con los entrenadores, jugadores y oficiales de mesa en todo momento?
¿Mantienes una amistosa pero firme actitud ante ellos?
7. Señales.
¿Conoces y das las señales adecuadamente?
¿Son tus señales claras y definidas?
¿Te aseguras de no hacer señales exageradas?
¿Haces tu trabajo de una manera trabajadora y profesional y con confianza?
8. Lanzamiento del balón.
¿Es tu lanzamiento alto y recto?
¿Vuelves a repetir un mal lanzamiento?
¿Penalizas la ventaja ilegal en el lanzamiento?
9. Silbato.
¿Es bueno tu silbato?
¿Es fuerte y clara?
¿Utilizas tu silbato con decisión, autoridad, firmeza y confianza?
10. Voz.
¿Usas tu voz escasamente?
¿Es fuerte y clara?
¿Evitas hablar con el silbato en la boca?
¿Evitas chillar?
¿Es tu voz fuerte, agradable y firme?
11. La pitada.
¿Pitas con firmeza y confianza, al tiempo que das la impresión de que lo has hecho correctamente, sin añadir expresiones o gestos?
12. Decoro del juego.
¿Son tus acciones en la cancha tales que consigues el respeto de los entrenadores, jugadores y espectadores?
¿Estás desacuerdo en que a veces unas palabras en el momento adecuado, pueden salvar muchas situaciones?
¿Desafías?
RECUERDA: Que debes INMEDIATAMENTE mantener tu ritmo del juego hasta el final del partido. Finalmente los árbitros no deben perder su compostura, no importa la provocación.
viernes, 24 de octubre de 2008
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